lunes, 30 de noviembre de 2009

Peligros en torno a la Tierra Santa

29/11/2009

Tercera parte de la entrevista de Margarita Díaz Rubio al franciscano Rafael Dorado, custodio de Tierra Santa. La primera entrega se tituló “El fraile que cuida el Huerto de los Olivos”.

San Francisco llegó hasta San Juan de Acre, cerca de Monte Carmelo, donde fundó un monasterio que fue el primero de tantos. Con el tiempo los franciscanos empezaron a recibir ayuda entre ellos. Fue importante la comprensión del rey de Nápoles de esa época, que era cristiano, así como su esposa.

¿Tantos años acá no hay rutina? Me dice usted que hay rutina. Nada de eso. No tengo tiempo ni para pensar con tanto trabajo. Antes éramos siete y se murió un compañero hace poco. Me levanto a las seis y después del desayuno inicio la jornada que consiste en conservar el lugar. Los peregrinos empiezan a llegar a las nueve y terminan a las cinco de la tarde en que cierro la puerta de la iglesia. Ellos son los que fortalecen mi fe y me dan el apoyo espiritual aunque a veces necesito mucha paciencia, pues hay que guiarlos para que consigan su objetivo. Ellos llegan buscando algo que yo encontré hace muchos años. Además soy el encargado del Torrente Cedrón que sube hasta el monte Moira, que es donde está construido Jerusalén. Es un terreno que se compró de 1600 y hay que prevenir que no hagan gasolineras, supermercados y todas esas cosas que afearían el entorno. Está frente a la iglesia y lo tenemos que defender. Tenemos la propiedad.

¿Y no hay problema? Sí. En el 48 cerraron las puertas de acceso a la Vieja Jerusalén y dimos una carreterita para que hubiese acceso a ese lugar. Ahora en 2000 esa carreterita ya está bajo la municipalidad judía que ahora nos pidió tres metros para ensancharla. Se los dimos. No no han dado nada. Rompieron el muro de contención para hacer el suyo y nos dejaron todas las piedras tiradas y las tuvimos que recoger y reconstruir nosotros; cuando vino el Papa pues no nos dejaban y nos ha costado buen dinero. Ahí está el cementerio de los de rito latino.

¿De dónde sale el dinero para mantener todo esto? De los peregrinos, de donaciones, colecta anual de Viernes Santo, gran ayuda. Obispos que traen dinero.

¿No hay peligro que confisquen las posesiones que tienen los franciscanos en esta tierra? Señora, entrarían en un conflicto mundial. Recuerde que el Vaticano es un estado independiente y tenemos la propiedad. Es del Vaticano y de la congregación que ha comprado la tierra poco a poco y a través de los siglos. Somos los custodios de esta tierra y por ello se han conservado, a través de varios siglos, los lugares santos.

¿Qué toma usted para esa claridad mental? Una pastillita que me dio un palestino, que a su vez le recetaron a su madre. Es un privilegio que yo me acuerde de todo. Cuando cumplí 50 años dije: “Ahora sí que ya estás viejo”, pero ahora me siento en plenitud mental y física. ¿Qué le parece? El hermano me dijo que ha estado todo ese tiempo en Getsemaní pero que en Nazaret en 1969 observó las excavaciones que se hacían alrededor de la gruta, algo que tardó más de 25 años. Vio cuando encontraron las 84 piedras con inscripciones que se supone estaban en una sinagoga pequeña, todo ello en el período judeocristiano. Recuerda al arqueólogo, un italiano apellidado Bágate, al que le preguntaban con sorna “¿Para qué va a excavar allá?”, y encontró una inscripción que dice: “Alégrate María” en griego dórico.

Me contó que tiene tres hermanos y dos hermanas que van a visitarlo con frecuencia y se hospedan en la casa Nova, en la Vieja Jerusalén y es para hospedar a los peregrinos. Que uno de ellos es sacerdote diocesano y llegaría dentro de un mes a Jerusalén con un grupo de 140 personas y el cardenal de Sevilla.

¿Cómo van la vocaciones para los franciscanos que han hecho tanto evangelizando por el mundo? Bien, pero ya no en España, que daba muchas vocaciones, ni en Francia, y en Italia cero. Ahora las vocaciones vienen de África y América Latina, Corea y el Medio Oriente, como Iraq.

¿Y la situación política? Soy pesimista a pesar de ser optimista... Israel quiere abarcar cada vez más y están cercando Belén y Tiberíades. Y no quieren ceder. Y no hay dialogo.— (Continuará).

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